La fiesta Grande de los Muertos, S’ui K’ien en la Sierra Mazateca

Sierra Mazateca, tierra de montañas altas, neblina y espiritualidad es el Pueblo Mágico de Huautla de Jiménez y municipios circunvecinos. De esta región vio nacer a la sacerdotisa de los hongos, María Sabina, y guarda en su tradición una bella celebración para recibir a sus muertos: se llama la Fiesta Grande de los Muertos.

Desde el 27 de octubre y hasta el 2 de noviembre, municipios como Chilchotla conocido como la cuna de Huehuentones, Huautla, Yoloxochitlán, Tenango, Tecoatl, Eloxochitlán entre otros municipios de la región se llenan de misticismo, color y vida; por todos lados vemos velas, flores, ofrendas, fruta y trajes tradicionales.

 

Es una fiesta de cantos, música, rezos, comida y baile en que los habitantes de la sierra Mazateca suspenden sus labores cotidianas para dedicarse de lleno a recibir a sus muertos, a quienes en estos días, chikon nyoa k’en (el guardián del inframundo) les permite salir de sus dominios por unos días, para celebrar a lado de los vivos esta fiesta de luz.

Con la originalidad de la música y cantos en mazateco, la fiesta se hace más alegre, pues desde niños hasta adultos mayores, cantan y tocan con instrumentos como la guitarra, la vihuela, el tambor y el cencerro.

Para los mazatecos es muy importante esta fecha ya que consideran que son sus familiares muertos los que les traen las bendiciones para que sigan viviendo aquí en la tierra con salud, felicidad y abundancia.

La tradición comienza desde el 27 de octubre con la llegada de los huehuentones, que son hombres y niños disfrazados que representan a los ancestros y que son los que acuden al panteón a pedir permiso al Chikon para empezar la celebración que durara 7 días.

Se disfrazan según su imaginación, usan huipiles, sombreros de bejuco y gran variedad de máscaras entre las que destacan rostros de muertos, de políticos y algunos personajes de caricaturas populares, aunque la máscara tradicional es de una madera muy ligera llamada jonote y debe ser tallada por ellos mismos.

Durante los días de fiesta los huehuentones visitan las casas del pueblo llevando música, con guitarras, tambores, violines y cantos en lengua mazateca, que representan la alegría que sienten de recibir a sus muertos.

Desde el día 27 de octubre el sonido de los cohetes anuncia la llegada del alma de los niños que ya partieron, se considera así a los que murieron pequeños o no tuvieron casamiento y los días 1º y 2 de noviembre se da la bienvenida de igual manera a los adultos.

Aunque ya es una tradición que el 27 de Octubre al 2 de noviembre los cohetes suenan a las 12:00 pm en diferentes municipios de la región.

Como en el resto del país aquí también se realiza la Velada el día 1 de Noviembre. Se les vela durante la noche, y es cuando sus familiares les piden que los cuiden, que intercedan por su salud, por la unión familiar y su trabajo, ya que ellos se adelantaron y tienen el don de estar cerca de los dioses.

El panteón toma otra vista pues se aprecia en su mayor parte llena de flores de cempatsuchilt y velas hechas de cera de abeja, las cuales deberán ser veladas durante la noche hasta que se termine la última que se haya encendido; las familias se comunican con sus muertos a través de las oraciones y se les ve felices ya que saben que en algún momento se reunirán con ellos para siempre.

Finalmente los cohetes de el día 2 de Noviembre anuncian el final, una despedida más; el panteón, se empieza a vaciar y es momento de que las almas regresen al inframundo.

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